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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Impronunciable

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En la larga lista de películas de ciencia ficción de culto, existen cuando menos dos nombres que se repiten, uno de ellos es Charlton Heston y el otro, por supuesto, Arnold Schwarzenegger. Ambos de derecha, ambos héroes por antonomasia, ambos malos actores, en especial el austriaco, que a pesar de los años sigue teniendo un acento terrible, que lo nota hasta el que menos sabe del idioma inglés. Heston ha protagonizado Soylent Green, conocida en nuestro país como Cuando el destino nos alcance (USA, 1973) y El planeta de los simios (USA, 1968). Entre muchas otras de desastres que lo convirtieron en el héroe bíblico que promueve el uso de las armas y la desaparición de los inmigrantes. El caso de Schwarzenegger es peculiar, porque es un inmigrante, que lo único que tenía al llegar era un cuerpo tallado en el gimnasio, un rudo acento alemán y muchas ganas de sobresalir. "El comienzo fue muy difícil para mí. Me dijeron los agentes y en los casting que mi cue

Provocaré un diluvio de Arturo J. Flores

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Uno de los principales problemas que le encuentran a “Provocaré un diluvio” los entendidos en literatura es saber si es crónica, novela o cuento. “Es que no se define”, me dijo a bocajarro un colega escritor. ¿Y cuál es el problema?, me respondí. Provocaré… es un libro que reúne las crónicas diarias (o cuando menos muy cercanas al día de los hechos), al surgimiento y posterior auge de un grupo de metal integrado por mujeres. La relación entre su manager-cronista y las chicas inicia de una frase casi inocente: “Ya vuélvete nuestro mánager, cabrón.” De ahí surgen una serie de híbridos literarios que tocan lo mismo el cuento, la crónica, la novela, que la nota periodística y la simple entrada al blog, es decir, la escritura automática. Arturo J. Flores, curtido en las páginas de las revistas musicales, es un escritor atípico, porque si bien ha asistido a diferentes talleres literarios, no se ha formado como tal. Lo cual es para mí un punto a su favor, ya que abre nuevas po

Efímera de Miguel Antonio Lupián Soto

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El relato corto es muy difícil de vender, a las editoriales el cuento les parece poco comercial, poco manejable. Lo que es una ironía, porque en los suplementos culturales de todo el país es lo que te piden. Ya no se diga en las revistas que publican algo literario, como Playboy, Luvina y algunas más. Lo que se vuelve más tortuoso es que entre más breve mejor. Entonces comienzas haciendo cuento y debes terminar de novelista si quieres salir del ring protegido de las editoriales estatales. Porque se supone que el cuento no es un género en sí, sino simplemente un adiestramiento para ahora si ser escritor. Por eso, además de la inteligencia, el trabajo de relojero con las palabras, es valeroso quien hace relato y mucho más el que hace breves. Eso ya le da un plus al libro de Lupián Soto, pero tiene más agravantes. Es fantástico y algunos se inscriben en la etiqueta del terror, lo cual lo convierte en un paria, porque los escritores “serios” no hacen eso. Pero el autor lo