Racista, pero nada más poquito

Me acuerdo que una de las primeras cosas que aprendí cuando era niño fue que si un hombre de rasgos indígenas conducía un auto nuevo, yo debía saber que no podía ser suyo. “Seguro es el chofer o se lo robó”, completaba un familiar. Otra de las cosas que supe de inmediato es que había que casarse con una mujer blanca “para mejorar la raza”, porque hacerlo con una morena (“prieta” o “prietita”, para que suene menos feo) significaba condenar para siempre a nuestros hijos.
Eran enseñanzas sencillas que uno iba acumulando, por ejemplo, que decirle a alguien por ofensa “pinche indio” estaba bien. También que para llamar la tención de un desconocido lo mejor era decirle, “güero”. Ah, y claro, la enseñanza más importante era que en México no éramos racistas porque aquí no había negros.
Digo esto porque cuando posteé en las redes sociales el siguiente diálogo de la nueva película de Eugenio Derbez: No se admiten devoluciones, me dijeron que lo había descontextualizado, que en realidad Derbez no era racista. Este es el diálogo: “Allá vas a estar mejor que acá… Si te quedas acá en México vas a ser guapa pero chaparrita, prietita; en cambio si creces allá, no’mbre, seguro vas a ser güera de ojo azul, alta.”
Y tenían razón, Derbez no es racista, no lo es en la misma proporción que lo somos todos nosotros. Nuestra educación televisiva, contando la tv nacional y la andanada de series y películas norteamericanas que consumimos alegremente sin afán crítico, sumada a nuestra historia, nos han convertido en una sociedad tan racista que no admite serlo.
Una inmersión en las redes sociales nos deja muy claro el panorama. Los dos puntos más altos en las noticas recientes, los maestros de la CNTE y Laura Bozzo, han dejado a su paso una andanada de odio racista y xenófobo. Algunos dicen que clasista; como si eso lo hiciera menos grave.
Dice Jesús de León–Serratos en su facebook: “Quizá (lo que) México necesitaba era acceso al social media para destapar la coladera de racismo que, según no existía en el país. Decían, el mexicano es burlón pero no racista, ajá.”

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