Obsesión pulp
Este año se
cumple el veinte aniversario de una película que marcó el camino del cine
mundial, “Pulp fiction”. La segunda cinta de Quentin Tarantino es en realidad
un homenaje al noir, al pulp, es decir al al cine de serie b,
ese que solía llenar salas y provocar modas y que durante mucho tiempo fue
menospreciado por críticos de nariz respingada y pluma feroz. Cuando uno ve por primera vez “Pulp fiction”
se encuentra ante una fuente inigualable de historias, de personajes y estilos
de vida que nos enloquecen. Todo ese romanticismo por la vida criminal de los
suburbios de Los Angeles, por los boxeadores con códigos morales, por maletines
que resplandecen sin decirnos que hay adentro y criminales que desayunan hamburguesas
del Big Kajuna.
Sin embargo, Tarantino lo que hace
es hacer un resumen ejecutivo de una subcultura que estaba ahí antes de su
llegada. Por ejemplo, cuando Vincent Vega está en el baño antes de ser
asesinado lee el cómic británico Modesty Blaise, sobre una agente que lucha
contra el crimen. El personaje bien podría ser en el cual se basó el cineasta
para hacer a las protagonistas de “Kill Bill”, sin embargo este tipo de mujeres
bellas y mortales menudeaban en las cintas de finales de los sesentas y todos
los setentas. No por nada en Jaquie Brown
Gran parte de la subtrama de reloj
de Butch viene de “Set-up”, cinta noir
del 49 en donde un boxeador se ve en la disyuntiva de perder un combate por
dinero o conservar su dignidad y escapar con todo. El maletín resplandeciente
es tomado, a su vez, de otra película noir,
“Kiss Me Deadly”. Adaptación de la novela homónima de Mickey Spillane. Y bueno,
las referencia a Hitchcock ya eran evidentes desde “Four romos” donde
descaradamente rehace el segmento de la serie “Alfred Hitchcock presents”
llamado “The Man from south” y lo rebautiza como “The Man from Hollywood”.
Me decía un amigo cuando discutíamos todos
estos plagios-homenajes de “Pulp fiction”: pues sí, se roba situaciones,
diálogos, personajes, incluso la música pero la verdad, él vio todas esas
películas antes que nosotros.
Columna aparecida en Playboy México -Junio
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