VHS No me gusta Star Wars

Y miren que soy un ñoño de lo peor, de esos que vieron El Señor de los anillos en versión extendida en maratónica sesión. De esos que rezan a San Guillermo del Toro, que tienen muñequitos de las películas en su librero y coleccionan novela, adaptación al comic y VHS de cintas como Alien o Depredor. Pero no, Star Wars simplemente no me gusta.
            Tal vez una de las principales razones sean sus fans. Tengo varios amigos que la veneran. En las juntas (fiestas, era como debíamos llamarlas), que hacíamos mientras planeábamos un corto, inevitablemente alguien mencionaba una referencia y todos acaban hablando de la Fuerza, de la capacidad de Yoda frente a otros Jedis y de las posibles continuaciones de la saga. Siempre acaba excluido, bebiendo en algún rincón.
            Los fan hacen cosas extremas, algunos se tatúan los personajes de la saga, llenan sus casas con cuanta parafernalia encuentran en las tiendas de juguetes… digo, de diseño. En la casa de un amigo alguna vez encontré unos chicles y cuando me disponía a abrirlos me gritó desesperado que no los tocara: “son de colección, los compré en 1983”. De inmediato los solté. Una bella amiga y su novio se casaron por el civil en la mañana y en la tarde por el rito Jedi, ataviados, esos sí con sendas espadas laser de esas que hacen ruiditos cuando chocan entre ellas.   Alguna vez enfrenté un par de policías de tránsito con unas de ellas. Pasé 48 horas por faltas a la autoridad.
            Este grupo de amigos, animadores todos ellos, se enojaban cuando les decía que la trilogía tenía errores garrafales de continuidad, que los hermanos eran incestuosos, que el traje de Darth Vader ya se veía viejo, que no era ciencia ficción sino capa y hechicería, y que la nueva trilogía era peor a la anterior. No podemos aceptarlo, me decía uno de ellos. Somos fans.

            ¿Pero saben una cosa? Me emociona que J. J. Abrams vaya a escribir y dirigir esta nueva trilogía y John Williams haga la música y que ya tenga fecha de estreno, el 18 de diciembre de 2015. Ya quiero verla.
Columna publicada en Playboy México

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