VHS- Tu pirata soy yo

Algunos estudios revelan que después de China, Rusia e Italia, México es el país que más consume (y produce) piratería. Lo mismo ropa de “marca”, que películas y CDs de audio. Mucha gente ve en la piratería una forma de vida. Para nosotros no es extraño encontrar en cada esquina gente que vende a mansalva cientos de dvds piratas en mercados, esquinas o directamente en las oficinas de gobierno. Nadie ve nada raro o que sea ilícito la venta y la compra de ellas.
            A mí la piratería me parece terrible para el espectador y para el creador de contenidos audiovisuales. La calidad es mala, el subtitulaje es malo y lo que es peor, contribuye a que no se sigan produciendo películas. Esas cintas grabadas con cámara en mano dentro de los cines (cam screen) y luego subtituladas por medio de un programa que convierte lo escrito en inglés a algo cercano al español me parecen lo más bajo en la apreciación del cine.
Comprar esa piratería equivale a llegar a un restaurant, pedir un sirlón y que te den a cambio un pedazo de soya frita. Cualquiera en su sano juicio le aventaría el plato al mesero y se iría indignado de ahí. Nosotros no, le agradecemos al conspicuo vendedor que nos permita tener una semana antes un estreno que no disfrutaremos en una sala con un audio especial y con un subtitulaje adecuado. Y todavía le decimos: avíseme si le llegan nuevas.
            La piratería ha crecido gracias a la complicidad con las autoridades y productores. Las versiones en Blue ray o DVD no llegan solas a los torrens. Alguien de dentro las debe de sacar. Esto aunado al precio elevado del cine. Otro estudio revela que México es de los países en donde más se paga por boleto, un 70% del salario mínimo. Sacando cuentas, una película pirata de 10 pesos divierte a toda una familia.
            Otro aspecto es las series y películas que nunca llegaran legalmente. Quien esto escribe hace mea culpa. He descargado torrens porque ningún canal de cable o distribuidora trae, en este mundo globalizado, nada que no venga de Estados Unidos.
Columna aparecida en Playboy de Octubre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un chango de Malasia

Lemmings, cuento de Richard Matheson

Los spoilers y la Revista Dicine